Normalmente, mis publicaciones están llenas de motivación y momentos en la cancha, pero hoy es diferente. Necesito ser completamente honesto sobre lo que pasó en el Torneo Nacional de Tenis en Toluca.
Saben bien que he dedicado años y horas de esfuerzo a este deporte. Cada día, cada entrenamiento, cada sacrificio era para llegar a este punto. Tenía la meta tan cerca, y el solo pensar en el camino recorrido me llenaba de orgullo.
Pero, en el momento menos pensado, mi cuerpo dijo "basta". Una lesión me obligó a retirarme.
No hay forma sencilla de decirlo: se sintió como si todo ese trabajo se hubiera esfumado.
El golpe no es solo físico; es emocional. Siento que he defraudado a mis amigos, a mi familia y a todos ustedes que vinieron a verme jugar. Su apoyo incondicional, sus gritos de ánimo... no haber podido terminar y darles la pelea que se merecían es algo que me pesa en el alma.
Me duele la decepción, pero esto no es un adiós. Es un paréntesis. Prometo que voy a usar esta frustración como combustible para mi regreso.
Gracias por entender y por estar aquí. Volveré más fuerte.